18/1/10

Sin palabras




Justamente estoy sin palabras para describir lo que siento ante la tragedia haitiana..a pocos kilometros..en un lugar donde he estado.. es como abrir la puerta de mi casa y ver que mis vecinos estan bajo escombros...es ahì...al lado.


La incredulidad se apodera de mi de forma asombrosa...todavìa no lo creo...a veces pienso que voy a despertar y darme cuenta que es una pesadilla...pero no. Miro a mi alrededor y veo mi bebe..mi nuevo bebe y me doy cuenta que, mientras disfruto mi nueva maternidad...mientras disfruto el sentimiento màs puro, sublime, constante y energico que se pueda sentir ....mientras todo mi cuerpo vive la felicidad completa en el mundo nuevo de ser Mamà, existe -por otro lado- un mundo que termina para miles de personas. Mientras disfruto la tranquilidad de mis dias, otros viven la incertidumbre -no solo de un mañana incierto- sino de un Ahora incierto.


Y entonces me llega un sentimiento encontrado..no sè que sentir, no estoy clara...como le digo al corazòn que ponga pausa y sienta tristeza por tanta gente, por tantos niños. Còmo aguanto ver tantos bebes, niños, madres y personas desesperadas por tener tan poco como un vaso de agua o una simple sàbana. Còmo detenerme ante el impulso de querer salir corriendo a darles un poco de lo que tengo. Còmo alimento a Marcos, mientras veo la desesperaciòn y el sufrimiento de los haitianos.


Sòlo me resta ser pasciente. Me resta dar gracias a Papà Dios todos los dias y mientras dure mi existencia, por permitirnos estar vivos y tener la dicha de ver otro dia de vida junto a los nuestros. Fortaleza, aceptaciòn, calma y paz para aquellos que sufren las calamidades de la tragedia. Amèn.

No encuentro otra foto que, la que tomamos a principios de 2009 cuando llevamos ropa y alimentos a los niños haitianos y presenciamos con los pequeños...las realidades del mundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

querida Marien , la verdad , la realidad en Haiti , es muy dura y muy triste, no existen palabras para definir lo que esta sucediendo en Haiti ,siento una pena indiscriptible ,aqui lo tenemos todo y ahi no tienen nada , ni siquiera como tu bien dices , ni ese triste vaso de agua que llevarse a la boca ,espero que con la ayuda y la cooperacion internacional podamos ayudar un poquito a esos hombres y mujeres , niños y niñas que tanto lo necesitan. un saludo desde Madrid.
J.P.