Está comprobado que una persona puede cambiar su vida, cambiando sus pensamientos, y esto tiene que ver con el poder de la mente. Tenemos cuerpo y pensamiento preestablecidos y también somos el resultado de la influencia de padres y medio ambiente. Este conjunto integrado es el responsable de cómo vemos la vida.
Sin embargo, cuando tomamos conciencia de nosotros mismo y las habilidades individuales, es el momento justo para mejorar lo mejorable. Siempre he creído que -aunque no somos perfectos- somos perfectibles.
En una ocasión leí algo que entre más o menos palabras decía que es importante que vigiles tus pensamientos porque se convertirán en palabras; que vigiles tus palabras porque se convertirán en actos; que vigiles tus actos porque se convertirán en hábitos; que vigiles tus hábitos porque forjarán tu carácter y en definitiva que vigiles tu carácter porque ese será tu destino.
Entonces si a ese párrafo le agregamos unas dosis de acechanza y positivismo; unas gotas de coraje con olor a entusiasmo y le cantas la estrofa “son tus huellas el camino”, podrás fundar una vida en la que reine la libertad, la esperanza y las victorias. No de muchas Victoria como mi sobrina bella, sino una vida de éxito.
La mente es muy compleja, pero sólo basta oprimir los botones que hacen funcionar ese poder en nosotros. Imagina, Confía, Respira, Recrea lo que quieres, Siente la plenitud, Piensa, Ten fe, perseverancia, Sé paciente y luego…. Disfruta. J.W. dice que un camino de muchos kilómetros empieza con un simple paso, como en la foto que tuve el placer de tomar hace unos días.
Advertencia : Al lugar dónde has sido feliz, no debieras tratar de volver, escuchè.